domingo, 29 de septiembre de 2013
miércoles, 25 de septiembre de 2013
viernes, 20 de septiembre de 2013
domingo, 15 de septiembre de 2013
El Gobierno de Rafael Correa y la constitución "ecológica" de Montecristi.
El asunto del petróleo enterrado en el subsuelo del bloque Ishpingo
Tambococha Tiputini (ITT) ubicado dentro de la Reserva Natural Yasuní, ha terminado convirtiéndose en otro capítulo
más de ese desagradable y poluto enfrentamiento entre los amantes del socialismo
del siglo 21 y todos aquellos grupos políticos, sociales, mediáticos y
económicos que se han declarado enemigos de lo que se conoce como “el Gobierno
de la Revolución Ciudadana”.
Para infortunio de la flora y fauna nativas del Yasuní, la discusión ha
terminado degenerando en un pleito manchado por los intereses políticos
sectarios; es decir, el tema se ha politizado, prácticamente desde que Correa
propuso al Ecuador y al mundo su tristemente célebre “Proyecto Yasuní”, hace 4
o 5 años atrás; es decir, el tema terminará resolviéndose, no sobre la base del
respeto a los ecosistemas naturales del Yasuní, sino, en función de los niveles
de popularidad que tengan los caudillos y capataces de los dos bandos en
discordia, es decir, correístas y anticorreístas. Huelga decir que, gane quien
gane, el Yasuní perderá.
En verdad que la actitud y conducta de los socialistas del siglo 21 son
ridículas, pues, los mismos que hace unos cuantos años atrás, con bombos,
platillos y serpentinas, lanzaron al mundo el “proyecto Yasuní”, actualmente,
defienden de manera acalorada la explotación petrolera en el bloque ITT; tan
ridícula como la campaña de los grupos conservadores, defensores del capitalismo
más fundamentalista que actualmente claman a favor de la protección del
ecosistema del Yasuní, mientras silenciosamente apoyan a la Texaco-Chevron causante
de graves desastres ambientales en el Oriente Ecuatoriano. Pero, una cosa que
resulta patética es la posición de varios movimientos indígenas y grupos de
activistas ecológicos que colaboraron directamente en la elaboración de la
Constitución actualmente vigente, allá en la ciudad de Montecristi, unos
cuantos años atrás; y es que, resulta difícil entender cómo, indígenas y
ecologista que dicen defender la Naturaleza pudieron apoyar una constitución
que expresamente permite toda forma de explotación de los recursos naturales a
lo largo y ancho del territorio ecuatoriano.
Pero, a las pruebas me remito, miremos las bellezas que trae la dizque
“constitución ecologista” de los socialistas bolivarianos.
Capítulo
cuarto.
Derechos de las comunidades, pueblos y
nacionalidades.
Art.
57:
6.
Participar en el uso, usufructo, administración y conservación de los recursos
naturales renovables que se hallen en sus tierras.
Como se
puede constatar la constitución garantiza la explotación de recursos
renovables, aquí se incluyen por ejemplo los recursos forestales, por lo mismo
la depredación maderera está garantizada por este artículo.
7.
La consulta previa, libre e informada, dentro de un plazo razonable, sobre
planes y programas de prospección, explotación y comercialización de recursos
no renovables que se encuentren en sus tierras y que puedan afectarles
ambiental o culturalmente; participar en los beneficios que esos proyectos
reporten y recibir indemnizaciones por los perjuicios sociales, culturales y
ambientales que les causen. La consulta que deban realizar las autoridades
competentes será obligatoria y oportuna. Si no se obtuviese el consentimiento de
la comunidad consultada, se procederá conforme a la Constitución y la ley.
Este inciso
garantiza la explotación minera y petrolífera en cualquier zona del territorio
ecuatoriano. Por un lado los políticos, y los burócratas dorados les dicen a
los pueblos que viven en zonas donde existen minas y yacimientos petroleros,
que, serán consultados a efectos conocer su opinión acerca de la explotación de
dichos recursos, pero al final, de una manera infame, dejan muy en claro que la
decisión la tienen, ellos, es decir los políticos y la burocracia dorada; es
decir, la consulta es una siniestra farsa, pues, aunque los pueblos se nieguen
a que los ambientes sean destruidos, al final la burocracia pública y los políticos
profesionales autorizarán dicha explotación y usarán todos los medios a su
alcance para imponer su interesada y totalitaria voluntad. Un triunfo enorme de
la burocracia dorada y una derrota catastrófica, más, de los pueblos.
8.
Conservar y promover sus prácticas de manejo de la biodiversidad y de su
entorno natural. El Estado establecerá y ejecutará programas, con la
participación de la comunidad, para asegurar la conservación y utilización
sustentable de la biodiversidad.
Este
numeral también garantiza la explotación de los recursos naturales. Se habla
del “desarrollo sustentable” y la participación de la sociedad en los supuestos
beneficios de dicha explotación pero, siempre administrados y controlados por
los políticos y los burócratas.
Capítulo séptimo
Derechos de la naturaleza
Art. 72.- La naturaleza tiene derecho a la restauración. Esta restauración
será independiente de la obligación que tienen el Estado y las personas
naturales o jurídicas de Indemnizar a los individuos y colectivos que dependan
de los sistemas naturales afectados.
En
los casos de impacto ambiental grave o permanente, incluidos los ocasionados
por la explotación de los recursos naturales no renovables, el Estado
establecerá los mecanismos más eficaces para alcanzar la restauración, y
adoptará las medidas adecuadas para eliminar o mitigar las consecuencias
ambientales nocivas.
Otro artículo que garantiza no solo la explotación de los recursos
naturales renovables y no renovables, sino, que incluso, reconoce el hecho
incuestionable de la contaminación de los ambientes nativos y la destrucción de
éstos, como resultado de la explotación de los recursos.
Art. 73.- EI
Estado aplicará medidas de precaución y restricción para las actividades que
puedan conducir a la extinción de especies, la destrucción de ecosistemas o la
alteración permanente de los ciclos naturales.
Se
prohíbe la introducción de organismos y material orgánico e inorgánico que
puedan alterar de manera definitiva el patrimonio genético nacional.
Este
artículo igualmente garantiza la explotación de los recursos naturales, y de
manera similar al artículo 72, reconoce la inevitable contaminación y
destrucción de los ambientes naturales; colocando como siempre a la burocracia
pública como administradora y controladora de la supuesta restauración de los
ecosistemas destruidos. Obviamente quienes redactaron este artículo, desconocen
que los ecosistemas nativos son imposibles de remediar a corto, mediano e
incluso largo plazo. Un ecosistema nativo es el resultado de cientos, miles, e
incluso de millones de años de convivencia natural; más todavía considerando
que la explotación de los recursos naturales puede implicar el final definitivo
de alguna especie en peligro de extinción.
Art. 74.- Las
personas, comunidades, pueblos y nacionalidades tendrán derecho a beneficiarse
del ambiente y de las riquezas naturales que les permitan el buen vivir.
Los
servicios ambientales no serán susceptibles de apropiación; su producción,
prestación, uso y aprovechamiento serán regulados por el Estado.
Un artículo más que garantiza la
explotación de los recursos naturales renovables o no renovables y
especialmente la preeminencia del Estado en este caso representado por los
políticos de turno en el poder y la burocracia dorada.
Art. 407.- Se
prohíbe la actividad extractiva de recursos no renovables en las áreas
protegidas y en zonas declaradas como intangibles, incluida la explotación
forestal. Excepcionalmente dichos recursos se podrán explotar a petición
fundamentada de la Presidencia de la República y previa declaratoria de interés
nacional por parte de la Asamblea Nacional, que, de estimarlo conveniente,
podrá convocar a consulta popular.
Bueno,
este artículo es el golpe final, algo así como el estacazo vil y cobarde,
falsamente misericordioso que recibe el toro de lidia luego de ser masacrado en
el coso donde se desarrolla la demencial y virulenta tauromaquia. Una suerte de
privilegio que se acreditan tanto el presidente de la República como los
políticos de la Asamblea Nacional; es decir, si por ahí había algún vacío
constitucional o una que otra contradicción, como ciertamente existen, al
final, los políticos y burócratas dorados se reservan la última palabra, como
debe ser en un Estado despótico que no
respeta a civiles o ciudadanos.
Como podrá
notarse, con los artículos mencionados, resulta evidente que la constitución
vigente, popularmente conocida como “de Montecristi”, es garantista de la
explotación de los recursos naturales renovables y no renovables, por lo mismo
calificarla de “constitución ecologista”, como suelen hacerlo aquellos que la
defienden absolutistamente, es una soberana necedad.
Resulta
importante señalar que varias decisiones y acciones que el Gobierno de Rafael
Correa ha ejecutado en materia de explotación de recursos naturales como por
ejemplo la pesca de tiburones, la
minería a cielo abierto, y el caso específico de la explotación petrolífera en
el bloque ITT del parque Yasuní, están respaldados por la Constitución de Montecristi.
Las evidencias están ahí, sobre todo en los artículos 57, 72, 73, 74 y 407 de
la constitución vigente, la que enfatizo sigue siendo apoyada por varios
movimientos sociales y activistas ecológicos que se oponen irrestrictamente a
Correa. En otras palabras gracias a la constitución de los socialistas
bolivarianos, el Gobierno de Rafael Correa tiene las herramientas jurídicas que
permiten la explotación de los recursos naturales en cualquier lugar del Estado
Ecuatoriano; por lo mismo, tales actos son legales, aunque puedan resultar
inmorales considerando la contaminación y destrucción que las actividades
extractivas generan en los ambientes naturales.
Al mirar
las manifestaciones que se dieron el otro día dizque a favor del Yasuní, uno se
cuestiona, cómo, individuos que ayer apoyaban irrestrictamente una constitución
que como he demostrado es descaradamente extractivista, hoy, salen a las calles
a protestar contra Rafael Correa y su Gobierno dizque ecologista, cuando son
ellos precisamente los que con su voto y su apoyo permitieron que se apruebe
una normativa suprema que garantiza la explotación de los recursos naturales
ecuatorianos y coloca a la burocracia pública y a los políticos con poderes que
posiblemente cualquier dictadura africana envidiaría. Que conste que ni un solo
activista ecológico o político indigenista ha criticado o cuestionado la
Constitución de Montecristi, lo cual me lleva a concluir que, o esta gente ni
siquiera leyó el dichoso mamotreto, o que, estando a favor de la constitución
extractivista están en contra de todo lo que haga Correa, independientemente de
que en ocasiones sus actos sean constitucionales.
Pues sí,
los políticos ecuatorianos están una vez más enfrentados, oficialmente por los
intereses nacionales, pero, realmente, por sus intereses de grupo; los que
antes defendían los intereses de la Texaco, hoy nos dan lecciones de
ecologismo; los que antes criticaban a la Texaco hoy defienden la explotación
petrolífera en el Yasuní, además de la minería a cielo abierto; ciertamente
folclórico y típicamente ecuatoriano.
Solo
quisiera añadir lo siguiente; el artículo 74 de la constitución de Montecristi,
menciona que, “ las…comunidades, pueblos y
nacionalidades tendrán derecho a beneficiarse del ambiente y de las riquezas
naturales que les permitan el buen vivir”; pero, surgen unas cuantas inquietudes,
desde que se aprobó la constitución del socialismo bolivariano: ¿cuántos
tagaeris, huaoranis y taromenanes han visto cambiar sus vidas para bien,
gracias a la constitución del socialismo del siglo XXI?; ¿cuántos miembros de
las tribus nativas, ora “domesticados”, ora ocultos y escondidos, perciben los generosos
ingresos que reciben los políticos profesionales o los burócratas dorados?
¡Cuántos! Ciertamente, ni uno solo.
jueves, 12 de septiembre de 2013
Miley Cyrus al desnudo y la decadencia de la humanidad.
He de ser
sincero en señalar que el mundo del espectáculo, el glamour, el esnobismo, las
celebridades y famosos, o el jet-set son temas que sencillamente no me
interesan. Las considero manifestaciones rebuscadas de una humanidad denigrante
y decadente. Tampoco me interesan las manadas y manadas de gente común y
corriente que se desviven adulando e idolatrando a los falsos dioses creados
por los ambiciosos sacerdotes de corporaciones monopólicas cuyas verdaderas
divinidades son la codicia, el dinero y el poder. Sin embargo, quisiera
comentar un aspecto que me llamó la atención el otro día vinculado precisamente
con el negocio del espectáculo.
Mientras
intentaba ingresar a mi correo electrónico el navegador me condujo a su página
principal y entonces, inevitablemente ante mí, mostráronse las noticias del
día, entre tales, aparecía una especialmente patética. Se trataba de una
información referente a una cantante de nombre Miley Cyrus, que aparecía en
traje de Eva montada en una bola de demolición. Ya en otra oportunidad, días
atrás, aquel mismo navegador me había enviado a una página donde la misma
cantante era mostrada en una posición bastante sugestiva. La noticia anunciaba
que un video de Cyrus batía records en Internet. Decidí, por curiosidad
ingresar y constatar que sorpresa traía dicho video tan promocionado por los medios
corporativos, y las manadas inter-sociales. Di clic en el enlace y enseguida
estaba en Youtube.
Entonces, en
la pantalla, apareció una joven de piel pálida que apenas vestía una camiseta y un short blancos que mostraban
su silueta casi anoréxica; y que gritaba, intentaba cantar, y se movía
frenéticamente armada de un combo entre un grupo de paredes que lentamente eran
destruidas por una bola de demolición, que alternativamente sostenían a la
cantante en lapsus de tiempo, en los cuales, ora se la veía con su ligero
atuendo, ora completamente desnuda, salvo por un par de botas de trabajo.
Luego de
mirar el video debo señalar que sentí lástima por la joven mujer. Cuestioné,
¿hasta dónde están dispuestos a llegar, tanto cantantes, como empresarios,
para alcanzar la fama y fortuna?; pero
también, ¿qué diablos sucede con la juventud de este mundo?
La oferta artística actual en general se limita a explotar los tabúes sexuales, las ansias sanguinarias destructivas aparentemente innatas en la raza humana y la más cruda vulgaridad probablemente nunca antes vista en los anales del arte y la creatividad, humanas; que increíblemente es apetecida, defendida y disfrutada por las manadas y manadas de adolescentes y jóvenes, para beneplácito de los monarcas del negocio del entretenimiento y sus inmensas arcas repletas de dinero.
La oferta artística actual en general se limita a explotar los tabúes sexuales, las ansias sanguinarias destructivas aparentemente innatas en la raza humana y la más cruda vulgaridad probablemente nunca antes vista en los anales del arte y la creatividad, humanas; que increíblemente es apetecida, defendida y disfrutada por las manadas y manadas de adolescentes y jóvenes, para beneplácito de los monarcas del negocio del entretenimiento y sus inmensas arcas repletas de dinero.
No voy a
cometer el error de sentenciar que la juventud actual es la peor de la
historia, como he escuchado de boca de una serie de adultos y vegetes,
amargados. En términos morales, la juventud de hoy es igualmente reprensible
que las generaciones anteriores, es decir, no son peores que las generaciones
de hace 30, 40, 100, 500, o 1000 años. No quisiera entrar a analizar la parte
intelectual, pero, sí considero señalar que la tecnología más que un incentivo
ha sido un estimulante para idiotizar sobre todo a niños y adolescentes. Hay,
sin embargo, un aspecto que resulta interesante mencionar, si bien es cierto
que la humanidad siempre se ha caracterizado por jactarse de su decadencia
moral, existe en la actualidad, un factor que no existía hace siglos cuando
reinaba el Imperio Romano, o posteriormente el Imperio francés de Napoleón; y
me refiero exactamente a la potencia nuclear.
Cuando veo
que el problema sirio es un polvorín que amenaza con iniciar una potencial
conflagración mundial que generaría un holocausto nuclear por el uso de armas atómicas, y al mismo tiempo miro
que las noticieros de las principales cadenas corporativas promocionan el video
de una pobre muchacha usada por los mercaderes del consumismo para alimentar
las ansias de una juventud mediocre, alienada y anodina, cuestiono: ¿cuando
pasó esto?; ¿cuándo la raza humana, finalmente, tocó fondo?
Ciertamente
la mayoría de seres humanos no están conscientes de la realidad actual, muy
posiblemente igual que hace 1000 o 2000 años atrás. Viviendo en sus pequeñas y
restringidas covachas a las que llaman existencia, vegetan ignorantes de que
hay cosas muy por encima de ellos que irónicamente resultan trascendentales no
solo para su pequeño mundo sino para su propia sobrevivencia.
Pero, qué
sucederá, será capaz el ser humano de levantarse de ese muladar en el que diariamente se revuelca; o
continuará disfrutando de la basura que los mercaderes del entretenimiento le
dan a tragar minuto a minuto las 24 horas del día, hasta que los incandescentes
torbellinos del desastre nuclear finalmente lo alcancen, ahí, mientras se
deleita con el video de una pobre mujer heredera de las insulsas mesalinas de
la falsamente inmortal Roma.
lunes, 9 de septiembre de 2013
El Gobierno de Rafael Correa y la censura en Internet.
Hace unos
días, por esas cosas circunstanciales de la vida, me enteré que funcionarios
del gobierno ecuatoriano, los llamados socialistas del siglo 21, promocionaban
en la Asamblea Constitucional su deseo de regularizar más agresivamente las
sanciones en contra de las llamadas “injurias” en las comunidades o redes
sociales de internet.
Entre otras
razones, dichos burócratas mencionaban que, considerando la popularidad y
amplitud de redes como “Facebook” o “Twitter”, el “daño moral” causado por las
“injurias” expresadas en dichas comunidades podía ser mucho peor que los
señalados en periódicos y demás medios convencionales.
Debo señalar
que estoy en contra de cualquier forma de violencia que atente la integridad de
las personas, pero, también creo que estamos viviendo épocas bastante raras y
complicadas, en donde asuntos baladíes son tratados de manera draconiana,
mientras que aspectos extremadamente graves son tratados de manera
irresponsable sobre la base de un humanismo degenerado.
Considero
que el intento del Gobierno de Rafael Correa de perseguir y castigar a través
de regulaciones más severas las “injurias” cometidas en los diferentes espacios
de internet, tarde o temprano, terminarán siendo usadas para perseguir a las
personas que, opinando responsablemente, se atrevan a cuestionar las
aberraciones cometidas, ora por los políticos de turno en el poder, ora por los
miembros de la burocracia pública dorada.
El hecho de
reglamentar y penalizar el libertinaje verbal en internet con el cuento de que
solo se pretende sancionar la “injuria”, es una falacia a través de la cual se
pretende atentar contra la libertad de expresión de los ecuatorianos, pero más
aún, pone en riesgo la seguridad e integridad de todos los ecuatorianos que
cometan la audacia de escribir en un blog o página de Internet sobre temas políticos,
sociales y económicos.
No creo
equivocarme cuando digo que, en términos de libertad de expresión, hay un antes
y un después de Internet, un hecho histórico ciertamente. La red virtual
destruyó el monopolio de la comunicación que estaba en manos de los medios
conservadores y socialistas, literalmente en todo el mundo. Por lo mismo,
Internet se ha constituido en un icono de la Libertad de Expresión.
Gracias al
Internet personas como Yo, que estamos vetadas o censuradas de los medios
tradicionales, públicos o privados, simplemente porque decimos lo que pensamos,
podemos a través de herramientas como los blogs o las comunidades de videos de
la red virtual expresarnos sin más limitantes que el tiempo y nuestras
singulares percepciones.
Los grupos
sociales, políticos y económicos conservadores tienen sus corporaciones
mediáticas, a través de las cuales, expresan sus intenciones y opiniones. Los
sectores sociales y políticos socialistas tienen sus propios medios, además de
los públicos, para formular sus comentarios y desarrollar sus agendas de grupo.
Pero, personas como Yo, solamente tenemos Internet para expresar nuestras
opiniones públicamente, de manera que cualquier legislación ambigua afectará
seriamente nuestra libertad de expresión.
Para
entender el ataque aleve en contra de la seguridad, integridad y libertad de
los ecuatorianos que significará esta nueva regularización punitiva debemos
entender que en el Ecuador existe un sistema judicial no precisamente justo,
eficiente y efectivo. Si bien es cierto que los políticos profesionales y la
burocracia dorada se desgañitan hablando de la
“igualdad de los ecuatorianos”, la verdad es que tal igualdad no existe,
la principal prueba de aquello radica precisamente en el hecho mismo de
promocionar incansablemente dicha supuesta igualdad. Entonces, en un país donde
los únicos que tienen voz son los medios corporativos conservadores y
socialistas, en una nación donde no existe justicia, ni tampoco igualdad de
oportunidades, en un ambiente social donde se imponen percepciones subjetivas,
interesadas y maliciosas de una falsa realidad, las reglamentaciones que
supuestamente pretenden castigar los exabruptos, lo único que hacen es
incrementar los abusos, las injusticias y las inequidades, en contra de los
civiles que no tienen, ni quieren tener padrinos.
Un ejemplo
palmario de la realidad nacional se dio hace escasos días, me refiero
específicamente al incidente entre el cantautor Jaime Guevara y el líder del
socialismo bolivariano, el presidente Rafael Correa. Según versiones de prensa,
Guevara, a quien algunos identifican con la ideología anarquista, mientras
otros lo señalan más apegado al socialismo, habría estado caminando por las
calles de Quito, de repente se habría percatado que por la calle circulaba la
caravana presidencial motorizada. El momento en que los vehículos pasaban junto
a Guevara, éste, habría levantado su brazo blandiéndolo en la forma de gestos
que, popularmente, se consideran insultantes. La caravana se detiene, y
entonces, de uno de los vehículos sale abruptamente el presidente Correa y de
manera furibunda, según testigos, siempre flanqueado por la guardia
presidencial, se dirige hacia donde está
Guevara, lo increpa e invita a darse de puñetes y según declaraciones del
cantautor le insulta diciéndole: “borracho marihuanero”. Días después, en la
tradicional sabatina, Correa se refiere al incidente con Guevara, y cuenta su
versión, a la que incluye una serie de descalificaciones sin sentido. Pero,
volvamos al momento del incidente, luego de que Correa le expresa sus “aprecios”
al cantante “del dedo y codo anarquista”, se vuelve al vehículo y se marcha,
mientras Guevara permanece retenido en la calle; por fortuna, para la seguridad
y tranquilidad de Guevara, finalmente es invitado a retirarse.
Pero,
analicemos un par de aspectos que merecen ser considerados. Una persona algo
suspicaz se preguntaría: ¿cómo sabía Correa que Guevara estaba borracho y
drogado?; e incluso, ¿cómo sabía Correa que los gestos de Guevara estaban
dirigidos a él?; y Yo añadiría, ¿la reacción de Correa es la conducta propia de
un estadista respetable? Yo creo que no. Las declaraciones realizadas por
Correa en el espectáculo político del sábado, confirmarían la aseveración de
Guevara en el sentido de que el líder de los socialistas bolivarianos lo habría
tachado de “borracho y marihuanero”. Ahora bien, existe un axioma que dice, “a
confesión de parte, relevo de pruebas”. Pero entonces, surge una duda, por qué
un determinado caso que debería tratarse de una determinada manera si el
implicado es una persona común y corriente, se lo concibe de una manera diferente
cuando se trata de una persona considerada por el Estado como “very important
person”, cuestiono esto porque, si Guevara hubiese calificado públicamente a
cualquier miembro del gobierno de los socialistas bolivarianos con las
expresiones “borracho marihuanero”, de manera injusta, muy posiblemente estaría
afrontando las consecuencias de aquellas injurias; lo cual me lleva a concluir
que según la lógica sui géneris de los socialistas del siglo 21 toda persona
que insulte a un socialista bolivariano debe ir preso, pero cuando un
socialista del siglo 21 ofende, injuria o calumnia, no solo que sus abusos
quedan impunes, sino que, además, tienen opción a menospreciar y zaherir al
infeliz injuriado. Por lo mismo, es en esta realidad notoriamente absurda e injusta
que tiene que analizarse la ley que pretende castigar los excesos verbales en
las comunidades de Internet.
En mi
opinión, las sanciones de las “injurias
calumniosas” no deberían tener la agresividad que actualmente tienen en el
Ecuador, es decir, cárcel y potenciales indemnizaciones millonarias, de buenas
y primeras, sino que, deberían existir opciones basadas en la razón y el buen
juicio, que no mercantilicen la reputación de las personas, o constituyan
herramientas represivas y terroristas dirigidas a perseguir a quienes piensan u
opinan diferente a las versiones comúnmente establecidas o sacramentadas.
Los
burócratas dorados nos dicen que simplemente están planteando regulaciones que
son normales en países como Estados Unidos o Reino Unido, donde cualquiera que
insulte al presidente va preso; lo cual es muy pintoresco, pues, los mismos
socialistas del siglo 21 que cuestionan fervientemente, de manera pública, al
imperialismo capitalista mundial, esos mismos, justifican las prácticas fascistas
que los políticos de otros países utilizan en contra de sus propios habitantes;
es decir copian lo malo; en cambio, se abstienen de seguir el buen ejemplo de
otras naciones desarrolladas cuyos sistemas judiciales sin ser perfectos son
óptimos, o de sociedades ejemplares que gozan de excelentes sistemas de salud
públicos y que disponen de eficientes y efectivos sistemas de educación.
Pero, contra
quién están realmente dirigidas las sanciones relativas a las injurias por
Internet; ¿acaso contra esa enorme jorga de insultadores, que se esconden
generalmente detrás de uno o mil seudónimos, y que abarrotan redes sociales
adocenadas y ambiguas como Twitter y Facebook?; o, ¿están dirigidas contra las
personas que dan la cara y escriben con su nombre propio, en páginas web de
opinión, o en blogs individuales?
Pero, ¿quiénes
han demostrado ser los principales interesados en imponer este nuevo paquete de
leyes punitivas a la sociedad ecuatoriana?; pues, interesantemente, los
políticos tradicionales y algunos burócratas dorados. La sociedad civil en
ningún momento se ha acordado siquiera de las verbosidades grotescas que
mutuamente se escupen amantes y detractores del socialismo del siglo 21, en el
ciberespacio. No, no es el pueblo ecuatoriano el que exige sanciones a las
injurias en Internet, son los políticos y los burócratas dorados los que demandan
condenas severas, no contra la gavilla de miserables que se esconden detrás del
infame anonimato que les ofrece un seudónimo estólido y descarnado, sino,
contra las personas que con razón o sin razón, por intereses morales o
licenciosos, se atrevan a cuestionar los abusos del autoritarismo totalitario
de los políticos de turno en el poder.
En mi
criterio el asunto está sentenciado, Correa y los socialistas del siglo 21
tienen mayoría en la Asamblea, pero más aún, muchos de los asambleístas
conservadores, supuestamente opositores al gobierno del socialismo del siglo 21
se han mostrado de acuerdo con las regulaciones y reformas propuestas, de
manera que, las sanciones serán un hecho a corto plazo. Las personas que opinen
en su blog o página web deberán atenerse a las consecuencias que significará
escribir en Internet, a diferencia de las manadas y manadas de insultadores
anónimos que continuarán injuriando con absoluta impunidad. Así están las cosas
en el Ecuador, a inicios de la segunda década del siglo 21; que le vamos a
hacer.
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