Una de las
cosas que llama la atención en el Ecuador es el esnobismo del que suelen hacer
gala los medios de comunicación; esa novelería estrambótica que les incita a
copiar todo lo que se vuelve popular en otros países ora de América, ora de Europa.
Por ejemplo, ahí tenemos los vulgares, tontos, fútiles y vergonzosos “talk
shows”, “reality shows” y ciertos concursos para “sabiondos”, de condición
polémica y poco confiable. Lo increíble es que toda esa basura donde generalmente se
denigra la condición humana, con la aceptación voluntaria de un grupo de
concursantes que evidentemente poco o nada tienen que perder, cuenta con
sintonías masivas; es decir a las manadas sociales les encanta observar como los
seres humanos se auto-humillan y auto-envilecen o humillan y envilecen a otros
seres humanos.
Hace unos
meses, decidí encender el televisor a efectos de chequear si había algún programa
decente que mirar. Mientras cambiaba de un canal a otro, constatando la pobreza
en contenido de las diferentes programaciones, me encontré con un comercial en
el que se decía a modo de consigna: "¡basta con el bullying!". En primer momento
se me ocurrió que se trataba de una campaña en contra del “salto bungee”. Es
decir, en mi vida, y ya tengo 43 años, había escuchado hasta entonces la
palabra “bullying”. Me puse a revisar en internet el significado de la pomposa
palabra y entonces, conseguí saber que el término era una expresión inglesa que
significaba algo así como “acoso escolar”.
Me quedé
pensando por unos momentos lo ridículos que son los “dueños de la verdad” que
desde los medios de comunicación monopólicos dirigen totalitaria y
tendenciosamente la Opinión Pública en general. Cuestioné en mi mente, por qué
la campaña en lugar de censurar o rechazar el maltrato a niños y adolescentes en
escuelas, colegios y en la propia sociedad, con términos castellanos, como debe
ser, pues vivimos en el Ecuador donde se habla castellano, no inglés, ni
tampoco suahili, los dueños de la Opinión Pública tradicionalista preferían
usar la palabra inglesa “bullying”.
Resulta patético mirar como la Opinión Pública es fácilmente manipulada por quienes irónicamente tienen la obligación de informarla veraz, clara y objetivamente. Por qué usar una expresión inglesa en lugar de una frase castellana. Nos hace mejores aquello. Será que al hacerlo somos menos “indios”, “mestizos” o “longos”. Por qué esa admiración ridícula por lo que está de moda en otros lugares del orbe.
Resulta patético mirar como la Opinión Pública es fácilmente manipulada por quienes irónicamente tienen la obligación de informarla veraz, clara y objetivamente. Por qué usar una expresión inglesa en lugar de una frase castellana. Nos hace mejores aquello. Será que al hacerlo somos menos “indios”, “mestizos” o “longos”. Por qué esa admiración ridícula por lo que está de moda en otros lugares del orbe.
Otro aspecto
que resulta chocante es que los medios de comunicación y quienes están detrás
de las campañas contra el llamado “bullying”, apenas se hayan dado cuenta de
este fenómeno social, hasta que se puso de moda la expresión inglesa. El
maltrato, acoso y abuso que se da generalmente en escuelas y colegios por parte
de los tristemente célebres fanfarrones y bravucones contra la población
escolar no es de hace un año, ni tampoco una década, se ha dado desde que se instaló la
primera escuela y el primero colegio. No es novedad.
Las escuelas
y los colegios son pequeñas sociedades, por lo mismo sufren los mismos
problemas que se presentan en la sociedad, solo que a niveles menos violentos.
Es decir, los maltratos y acosos en escuelas y colegios simplemente son rasgos inequívocos
y representativos de la violencia que predomina en la sociedad y en la familia.
Seguramente los
amantes del pomposo esnobismo seguirán rasgándose las vestiduras clamando contra el “bullying”,
en un país como el Ecuador donde se habla básicamente castellano y en pequeñas
proporciones el quichua, el idioma de los nativos andinos.
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